04 octubre, 2007

La Voz de Almería, 10 de abril de 2006


El gran valor de la Virgen de la Soledad

Antes de la Guerra Civil Española (1936-1939), las cofradías existentes en Almería gozaban de una imaginería procesional de gran tradición y religiosidad popular, concentradas en las iglesias más antiguas y relevantes de la ciudad. El pueblo almeriense, manifestaba ese arraigado sentimiento religioso postrándose ante sus imágenes de mayor devoción. Las Cofradías de Almería en los años anteriores de la Guerra Civil, tomaron un verdadero impulso. Los pasos procesionales reocrrían con gran brillantez las calles de la ciudad arropados por la manisfetación de fe que mostraban la presencia de multitud de personas durante el itinerario de los desfiles. Una de estas hermandades era la de la Soledad. La Cofradía, establecida en la iglesia de Santiago, donde hoy continúa radicada, era una de las de mayor raigambre y sentimiento religioso en Almería. Su imagen titular, la Virgen de los Dolores, "Dolorosa" o "Soledad", era desde antiguo, muy venerada en la ciudad. Dicho paso que se sacaba en la noche del Viernes Santo, representaba el "Dolor" y la "Soledad" de una "Madre", tras enterrar al "Hijo Querido".

La fundación de la Cofradía, data de 1768, estableciéndose definitivamente en la Parroquia de Santiago en 1773, en tiempos del Obispo Sanz y Torres. Sin embargo, su fundación definitiva, se llevará a cabo en el año 1786, fusionándose la nueva Hermandad con la Sacramental ya existente en el templo. En sus inicios, desfilaba la imagen de la Virgen en solitario, pero más adelante, tras reorganizarse la Cofradía, se encargaría en 1925, una imagen de San Juan Evangelista, para que acompañara a la Virgen en su paso procesional, precediéndola.

La imagen de la Virgen, "Nuestra Señora de los Dolores", y titular de la Cofradía, era una imagen de vestir. Los señores de Barbarín en 1835, le regalaron un manto de terciopelo nergo bordado en hilo de oro, con tres esmeraldas prendidas, que fue restaurado en 1925 por las Madres Adoratrices de Almería. También los marqueses de Torre Alta, regalaron a la imagen de la Virgen, en 1856, la magnífica diadema de oro. Tanto el manto como la diadema, fueron las únicas joyas que se salvaron tras la desaparición de la imagen en la Guerra Civil. Constituyendo para la cofradía por esta circunstancia, un conmensurable valor sentimental, además del valor material añadido que ya por sí tenían ambas joyas artísticas. Estas únicas joyas que se salvaron, siguen procesionando en la actualidad con el paso de la Virgen, para orgullo de sus cofrades y disfrute de los ciudadanos y visitantes que eligen Almería para pasar los días de la Semana Santa. La imagen, estaba atribuida por algunos autores al imaginero murciano Francisco Salcillo, y para otros al insigne escultor de la escuela granadina José de Mora, en nuestra opinión, según las características estilísticas de los tipos de dolorosas de ambos autores, creemos que encaja más en los modelos de Dolorosas realizados por el autor granadino, José de Mora, que en los del autor murciano.

La Virgen, poseía un bello rostro dolorido, transmitiendo un dolor hondo y amargo exteriorizado con lágrimas. A través de su cara amarillenta y llorosa, de sus tristes ojos y boca de amargura, quedaban plasmados los "Dolores" de una "Madre", tras sepultar al "Hijo".

La imagen, que se encontraba en un total recogimiento interior, con las manos torneadas y rostro ovalado abatido por un dolor callado en sus ojos, la cabeza levemente inclinada hacia un lado, cejas en leve curvatura y mirada baja, dejaba vislumbrar una bella obra y sin lugar a dudas una de las imágenes más sobresalientes de la Semana Santa Almeriense.

Con la destrucción de la imagen en la Guerra Civil, la Semana Santa quedó privada de una de las Vírgenes más bellas y devocionales que conformaban los desfiles procesionales. La Virgen posteriormente, se reconstruirá, siguiendo el modelo antiguo, por el escultor madrileño José Ortells en 1940, para seguir brillando por las calles de Almería.

María Isabel García Sánchez
Licenciada en Historia del Arte